Lucía Cané & la revista Jardín

Una entrevista a la fundadora y directora editorial de la revista El Jardín en la Argentina. Habla sobre los orígenes de esta, el mercado paisajístico y el futuro.

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¿Cómo nació la idea de hacer la revista?
En el mercado, en 1992, no había ninguna revista de jardinería, sólo se publicaba una para los socios de horticultura, pero nada para el resto de la gente que gustaba leer sobre ese tema. Entonces, se me ocurrió juntar mis conocimientos de jardinería con el gusto por viajar y la fotografía. Así nació Jardín.

¿Cuántos años tenías cuando salió el primer número?
Tenía 24 años.

¿Quiénes fueron las personas que te ayudaron a desarrollarla? Aquellas que estuvieron firmes a tu lado, para que pudieras lograrlo.
Verdaderamente, recibí el apoyo de todos a quienes les conté mi idea. Incluso, económicamente si lo necesitaba. Y mucha gente del ambiente de la jardinería —algunas señoras mayores que yo, sobre todo, colaboraron realizando muchos contactos, con los colaboradores—, con los lugares para ir a fotografiar…

Como directora editorial de la publicación, ¿cuál es a tu juicio la razón de que siga siendo líder del mercado, después de 18 años de ediciones ininterrumpidas?
En principio, considero que los que dirigimos la revista tenemos que saber del tema. Dos o tres personas tienen que tener, al respecto, suficiente conocimiento, porque hay que ser muy prolijos, por ejemplo, con el citado de los nombres científicos, con la información que se brinda para que el lector confíe en lo que se le ofrece y siga fiel. De lo contrario, el público acude a una revista española o se consigue un libro traducido, una lectura de otra latitud, que no es lo que queremos. Nosotros procuramos que la información sea brindada por especialistas en el tema, que hayan realizado o tengan su experiencia aquí. Insisto en que todo debe ser hecho por personas experimentadas y profesionales de nuestro país, a quienes les creamos y cuyas propuestas sean aplicables. Recordemos que lo que ocurre con la literatura de otro país es que corresponde a otros climas y a otras especies, que a veces no son cultivadas aquí, y además pertenecen o incumben a otras realidades.

En general, ¿es el lector quien sugiere los temas de las notas, o es la revista quien propone las temáticas?
Digamos que la experiencia que te brinda desarrollar diariamente esta actividad hace que se sepa cuáles son las tendencias. Estamos rodeados de paisajistas, de la gente que nos apoya comercialmente, es decir, de nuestros anunciantes; todo el tiempo se habla sobre el tema; por ende,  sabes cuáles son las tendencias del mercado. Pero las notas editoriales, por supuesto,  se piensan y elaboran en nuestra redacción.  A veces te dicen algo y se te dispara una idea. Pero es el equipo editorial el que arma los temas. Y por ahora, tema es lo que sobra.

¿Puedes reconocer etapas en el paisajismo?
Sí, te diría que desde que empezamos, de 1992 al 2002, el cambio fue muy grande. En eso tuvo que ver el surgimiento de los barrios cerrados, de los countries. Se notaba que nuestra rama se iba profesionalizando progresivamente: cada vez había más escuelas y universidades que preparaban en la disciplina. Entonces, la persona que hacía un jardín estaba ya mucho más instruida para ello que en el año 92. Antes de esa época, de repente había gente a la que le gustaban las plantas y se ponía a hacer un jardín. Ocurría eso porque no había mucha oferta de profesionales que lo realizaran. Y además, yo creo que también el consumidor, la persona que hace su casa o piensa en su jardín está más consciente de que se trata de un todo, que el jardín y la casa constituyen algo que tiene que estar diseñado y en comunión. Por supuesto, que es un lujo, pero digamos lo último entre comillas, porque si se deja el diseño y el armado del jardín en manos de gente que no sabe sobre el tema, muchas veces termina saliendo más caro.

¿Cómo sigue dicha evolución?
Estamos en un punto en que todavía crece, pero no se nota el desarrollo de los primeros diez años de la revista. En ese tiempo, advertimos una evolución mayor.

Desde la edición de primavera, la revista actualizó su diseño y secciones, ¿cuáles son los desafíos que se plantean para los próximos años?
Si se observa la revista de hace dos años ya parece vieja; la razón es que tenemos tal catarata de diseño a nuestro alrededor, que la actualización se realiza casi sin que tomemos tanta conciencia de ello. Surge como necesidad. Por ejemplo, la agenda nuestra era aburrida, y quizá, hasta hace tres años nos había encantado. Pero como nos damos cuenta de que el diseño va evolucionando con tal velocidad, tenemos  que tratar de que a la gente le siga gustando la revista; entonces, debe ser más ágil y apta para todo público.

¿Qué es lo que te divierte hacer en mayor medida: las ediciones especiales, los libros…?
La verdad es que me encanta pensar en los contenidos de todas las publicaciones. Me gusta planear las notas, elegir cuál va a ser el sumario o el tema de un nuevo libro y los lugares a los que deberíamos ir, así como buscar la gente a la que convendría consultar. Después, el día a día se vuelve más duro, porque todos están ocupados. El año pasado hicimos unos fascículos para La Nación, y realmente dijimos ¡va a ser terrible! Era una revista por semana, y fue un trabajo duro para realizarlo en ese tiempo. Lo que a nosotros nos falta es gente que combine el conocimiento sobre plantas y paisajismo con la tarea editorial. No hay un periodista jardinero; de manera que hay que formar profesionales para esa disciplina; por supuesto que el proceso es costoso, pero luego, cuando se advierte el resultado, la satisfacción es mayor y produce orgullo.

¿Y la sección de la revista que más te gusta?
No, la verdad es que no te puedo decir cuál es, porque me parece que, en la parte útil, la Guía de Estación está buenísima: se divide entre cuatro personas que aportan su experiencia, y me parece que eso es muy rico. En cuanto a la parte de paisajismo, el hecho de que se muestren cosas buenas, que la gente pueda ver lo que hacen sus colegas, es importantísimo. Y también el Jardín Plus, que ahora viene dentro de la revista…

¿Te gustaría contarnos sobre algo en especial?
Yo creo que ahora, así como existe Economía & Viveros, hay que crecer en la parte digital. Hay que tener en cuenta que los jóvenes, sobre todo, se integran en este ámbito como algo cotidiano. La plataforma digital es lo que se viene y conecta con la gente que le gusta estar on line. La revista es un vínculo entre nosotros y los lectores, y estaría bueno que con esta nueva tecnología pudiéramos hacer muchas cosas, como por ejemplo, contactos y compartir experiencias con personas de diferentes lugares. Realmente,  eso es maravilloso. Justo hoy tuvimos una reunión sobre nuestra página.

¿Cómo te ves dentro de diez años?

Nunca me lo puse a pensar… Pero si me lo preguntas, me encantaría verme como una persona feliz como soy hoy, y trabajando, porque me encanta hacerlo y realizando cada vez más actividades dentro de aquellas que me gustan.

Foto: El Jardín en la Argentina

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