Principales problemas relacionados con el uso de aguas salinas. Qué debe contemplar un análisis químico y cómo tomar una muestra representativa. Por Valeria Mené*
Conocer la calidad del agua destinada para el riego es fundamental a fin de elegir el método de riego, su manejo y el cultivo a implantar. Esta calidad debe ser entendida en un sentido amplio, que contemple no solamente los requisitos químicos, sino también, algunas variables, como la contaminación (herbicidas) y la potencial presencia de agentes patógenos.
Las aguas siempre poseen elementos en solución conocidos como sales disueltas, que se añaden a las ya existentes en el suelo, las que, según sus tipos y cantidad, sugieren un determinado manejo para evitar la degradación de los suelos y/o sustratos. Dentro los principales problemas relacionados con el uso de aguas salinas, encontramos:
- Salinización del suelo: las sales en el agua o en el suelo reducen la disponibilidad de agua para el cultivo, provocan un estado de marchitamiento y afectan, por tanto, los rendimientos.
- La alcalinidad del agua de irrigación: es el principal factor que determinará el valor de Ph, y, en consecuencia, la disponibilidad de los nutrientes en el sustrato.
- Problemas de infiltración del agua en el suelo: un contenido relativamente alto de sodio o relativamente bajo de calcio en el agua o el suelo reduce la tasa a la cual el agua de riego se infiltra, hasta el extremo de no poder abastecer al cultivo de manera adecuada.
- Toxicidad: cuando algunas sales se acumulan en cantidad suficiente, resultan tóxicas para los cultivos u ocasionan desequilibrios en la absorción de los nutrientes.
- Otros problemas: particularmente, obstrucciones en los emisores de riego y corrosión de las conducciones, pero también, exceso de nutrientes, que reducen el rendimiento o la calidad, y depósitos de sales en frutas u hojas, que afectan el valor comercial.
Las aguas de fuentes diversas, dentro de un mismo establecimiento productivo, pueden presentar una enorme variación de calidad. También es posible que se den variaciones a lo largo del año, y es primordial que, a través del análisis químico, se conozcan los detalles de estas fluctuaciones.
Análisis químico
El análisis químico debe contemplar lo siguiente:
- Tipo y cantidad de aniones y cationes presentes.
- El pH: para determinar si son aguas neutras o no.
- Conductividad eléctrica: como medición indirecta del contenido de sales.
- RAS / RAS ajustado (sodicidad): como la relación entre la cantidad de sodio, elemento dispersante de los agregados del suelo y la suma de calcio y magnesio, como elementos estructurantes del suelo.
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Cómo tomar una muestra representativa
Los análisis requieren tomar una muestra representativa del agua a analizar; para ello se seguirán las siguientes normas:
- El recipiente debe ser de vidrio o plástico, aproximadamente, de un litro de capacidad. Se debe lavar varias veces con la propia agua de riego.
- La muestra debe ser recogida momentos antes de ser llevada al laboratorio.
- En pozos, la muestra debe ser tomada después de algún tiempo de su puesta en marcha; normalmente, media hora es suficiente.
- En ríos y embalses se recogen varias tomas en diferentes puntos representativos y se mezclan en una sola muestra. No deben emplearse muestras de zonas estancadas.
- La muestra debe extraerse de una profundidad intermedia entre la superficie del agua y el fondo.
- Deben mantenerse a una temperatura de unos 5 ºC.
- Por último, cerrar el envase y rotularlo.
Junto a la muestra, puede confeccionarse un informe que indique dónde ha sido tomada, para qué tipo de cultivo será utilizada, características del suelo y cualquier otra información que, adosada al resultado del laboratorio, pueda ser importante para determinar la calidad del agua.
* Ing. Agr. Sandra Valeria Mené (Universidad de Morón).