El CAAP tiene un nuevo presidente

El Arq. Marcelo D'Andrea, nueva autoridad del Centro Argentino de Arquitectos Paisajistas, habla del rol de los profesionales que nuclea. Diferencia entre esta institución y las otras conocidas (SAP, RAP y LIPPA).

Desde hace unas semanas, el Arq.  Marcelo D’Andrea (47) es el nuevo presidente del Centro Argentino de Arquitectos Paisajistas (CAAP). Especializado en arquitectura del paisaje (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona), es director de la Especialización en Planificación del Paisaje de la UBA.

Llego a este puesto con la firme expectativa de posicionar a nuestra institución y a los profesionales dentro de la agenda de cuanta empresa y cuanto gobierno me lo permita, nos cuenta D’Andrea.

Se está hablando mucho sobre el cambio climático.

El clima del planeta está cambiando; y este ya es un problema actual. La correcta planificación del paisaje en las ciudades altamente densificadas permitirá mitigar sus efectos (inundaciones, contaminación del aire, etc.).

Si miramos Buenos Aires, por ejemplo, observamos cómo la contaminación de partículas en suspensión, debido a la falta de uso de especies nativas que controlen estos acontecimientos, cada vez es mayor.

El paisaje ya no es un problema de estética, es un controlador ambiental al que nuestros gobernantes deberán tener que prestar mucha atención.

En estos momentos, ¿cómo definirías el valor de la profesión?

Desde la aparición de los primeros asentamientos humanos, todo a su alrededor se ha ido transformando para satisfacer las necesidades del hombre. En este proceso, existieron y existen tres disciplinas estrechamente vinculadas: la arquitectura, la arquitectura del paisaje y la planificación urbana y regional.

En su evolución como disciplina, la arquitectura del paisaje se ha ido modificando a través de los siglos. A la antigua preocupación de diseñar el entorno inmediato del hombre, la acompaña, ahora, la de participar en la preservación del equilibrio de los sistemas naturales.

Es decir que el campo de actividades del profesional del paisaje se ha ensanchado: antes era visto como un superjardinero, y hoy es percibido como un verdadero ordenador del espacio. Cada vez más estiramos los límites de las incumbencias profesionales: arquitectura, ecología y paisaje parecen ser un equipo en la que cada profesión permite la existencia de la otra.

¿Cuál es la diferencia entre esta y otras instituciones del sector que nuclea a profesionales del paisaje?

A diferencia de la Sociedad Argentina de Paisajes (SAP), nosotros representamos a profesionales independientes que, quizá, tengan empresas; la SAP, por el contrario, principalmente agrupa empresas de paisajismo, en las que no necesariamente sus integrantes deben ser profesionales académicos del paisaje.

Por otro lado, con la Red Argentina del Paisaje (RAP) o Licenciados del Paisaje Asociados de Argentina (LIPAA), la diferencia es que el CAAP, además de contar con personería jurídica, estatuto, cuenta bancaria, balances, etc., funciona como lo más parecido a una entidad gremial; y en octubre, estaremos cumpliendo cincuenta años.

Asimismo,  en Latinoamérica,  el CAAP fue la primera institución en crearse. Y en la actualidad, es la única que, a través de la Federación Internacional de Arquitectos Paisajistas (IFLA),  representa a la Argentina en el mundo como miembro afiliado. Por país, solamente  puede haber un representante, y en la Argentina, siempre lo fuimos nosotros.

¿Cuáles son los requisitos para ser socio activo?

Para tal fin, se requiere título de arquitecto o ingeniero agrónomo, y acreditar la especialización en arquitectura paisajista con estudios o trabajos.

También existen otras categorías de socio, como adherente (geógrafos, biólogos, etc.), honorarios e incluso aspirantes (estudiantes).

La cuota mensual es de $500. Y se realizan descuentos por pagos anuales.

¿En qué están trabajando?

Esta nueva gestión plantea estrategias de acción en conjunto con empresas privadas y públicas a fin de que nuestros socios se posicionen como asesores fundamentales  en todas las licitaciones a realizarse en espacios públicos. Queremos optimizar y certificar con la excelencia correspondiente los trabajos realizados. Para esto, ya hemos armado acuerdos estratégicos con empresas privadas, con el Estado y con las organizaciones gremiales como el Sindicato de Jardineros.