En la propagación por estacas, la formación de callos y el enraizamiento no son eventos necesariamente relacionados. Descubre aquí más sobre este tema. Por Carlos Boschi*
En los cultivos de plantas ornamentales de la Argentina, las prácticas más comunes son la propagación sexual por semilla (o esporas en helechos) y la propagación vegetativa o clonación por estacas o gajos.
Existen diferentes factores que influyen sobre la capacidad de propagación vegetativa a través de estacas, los cuales pueden limitar la posibilidad de aplicar la técnica en programas masivos de multiplicación de las plantas. Uno de ellos está vinculado con la cantidad y el tipo de sustancias promotoras de la formación de raíces que se aplique a las estacas.
El uso de reguladores de crecimiento genera, a menudo, en la base de la estaca una protuberancia denominada callo, se trata de una masa de células no diferenciadas que cubren la herida.
En algunas especies, de las células del callo es posible observar un abundante desarrollo de raíces adventicias; mientras que, opuestamente, en otras especies, no se advierten raíces en caso de producirse el callo.
Los eventos de callogénesis (formación de callo) y rizogénesis (formación de raíces) llevan rutas metabólicas diferentes, y, por lo tanto, en la propagación por estacas, no siempre es positivo observar la emisión de callo en la base de la estaca. Más aún, un adecuado protocolo de enraizamiento (combinación correcta del tipo de estaca a propagar, regulador de crecimiento para aplicar en dosis y momento, sustrato y ambiente de enraizamiento) no debe promover callogénesis, dado que esta gasta preciosos nutrientes y energía que se destinarían a la rizogénesis, en caso de no haber callo.
Por ello, se concluye en que es posible afirmar que, en la mayoría de las especies propagadas por estacas, no es necesaria la preformación de callos antes de la formación de raíces.
Sistema in vitro
Lo mencionado es totalmente diferente en la micropropagación in vitro, en la que los callos de células de plantas se pueden hacer, con la adición de un número de fitohormonas o de enzimas, para diferenciarlos en los tejidos especializados de una planta entera.
Ejemplo de ello es la técnica in vitro de embriogénesis somática, considerada la vía de regeneración que ofrece la posibilidad de una alta tasa de producción de propágulos, criopreservación de callos embriogénicos, rejuvenilización, producción de semilla sintética y la utilización de cultivos embriogénicos en transformación genética.
* Ing. Agr. Carlos Boschi, profesor de la cátedra de Floricultura de la UBA.