“Si la demanda fuera muy manifiesta, estoy seguro de que podríamos darle una respuesta”

El presidente del INTA, Carlos Casamiquela, habla sobre el mercado de flores de corte y plantas ornamentales. Ofrece su opinión sobre las diferentes necesidades de un sector que gana mayor protagonismo.

El ingeniero agrónomo Carlos Casamiquela (62) es el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Dicho organismo cuenta con más de cincuenta años de historia y es responsable de realizar los trabajos de investigación y extensión sobre el sector agropecuario. Consultado sobre cómo llegó a dicho cargo, Casamiquela dijo: Llegué al INTA en el 74, como técnico recién recibido en la especialidad de suelos. En el 80, fui a Alto Valle y allí empecé a trabajar asociando la problemática de suelo con el riego, todo esto en cultivos intensivos. Ahí estuve como investigador cuatro años, hasta que en el 84, fui designado director de la estación experimental, en la que me desempeñé en el cargo hasta el 90, porque en ese año asumí como director regional. En el 2003, vine al SENASA como vicepresidente, hasta que el año pasado asumí como presidente del INTA. Y agregó: En realidad, ahora se da un caso curioso: soy personal de planta del INTA y, a su vez, presidente del INTA, que es un cargo político.

¿Es posible amalgamar en una persona la condición de investigador y la de gerenciador de un instituto de estas características?

En sí, el hecho de llegar a un cargo de conducción no tiene que ver sólo con capacidades, sino también, con habilidades. Una persona que tiene excelente capacidad de diálogo y articulación posee, tal vez, ciertas capacidades y habilidades gerenciales no desarrolladas por otra persona. Sin embargo, estoy casi seguro de que, por ejemplo, el mejor cirujano de un hospital no necesariamente sería el mejor director del mismo centro.

Reformulo la pregunta: ¿es común ver que una persona reúna estas dos condiciones?

En general —salvo contados casos—, en el INTA, necesariamente todos hemos transitado la etapa de la investigación y extensión. Y esto es muy bueno porque permite conocer con mayor claridad las distintas problemáticas. A su vez, estamos hablando de una institución compleja a la que se le suma su amplia distribución geográfica. Hoy tenemos aproximadamente 7200 personas, y un resultado global de excelencia para la Argentina. Pero esto es un producto global, y en el medio hay de todo…Por ejemplo, en la década pasada tuvimos hasta cierres de agencias, que incluyó la reducción de la planta de personal.

¿Y se logró recuperar?

Se logró recuperar ahora, claramente. Tenemos tres indicadores: el presupuesto de los últimos años subió el 660% y se duplicó la planta de personal. Además, en el 2003 éramos 3500 y ahora, como te comenté, 7200. También, se reconquistó la capacidad de invertir con fondos propios.

En relación con la floricultura, ¿cuáles son las líneas de trabajo que está llevando adelante el Instituto?

Hay dos líneas de trabajo: una está vinculada a la flora nativa, y otra, más a la transferencia en algunas economías regionales. Lo que estamos observando es que éste es un negocio cada vez más interesante.

Está claro que hay una demanda no satisfecha. Y quienes hemos vivido en el interior mucho tiempo sabemos que no se puede adquirir allá lo que se ve aquí; por ejemplo, hace unos años, uno quería comprar una flor en Neuquén y la flor venía en avión… Pero me parece que en la actualidad están apareciendo economías regionales con resultados interesantes y se están introduciendo a niveles más comerciales.

¿Cómo ve el futuro de este mercado?

En términos de futuro, todos coinciden en que es más que halagüeño. Lo que no implica que el camino sea fácil. Hay que trabajar mucho para responder a las demandas del mercado. A su vez, habrá  que solucionar los elementos de producción para evitar las importaciones; por ejemplo, un comentario al respecto: es impresionante la capacidad de producción que tiene Colombia y Ecuador… Sus sistemas de logística y transporte son extraordinarios.

¿Cuáles aspectos considera que se podrían implementar para hacer crecer la floricultura?

Desde mi punto de vista, considero que hay un modelo que no debería estar centralizado. Habría que armar productores asociados en el NOA, el NEA… y que brinden productos a esa región, con valor agregado.

¿De dónde debería venir ese click? ¿Qué tendría que pasar para que el INTA invirtiera más en este sector?

A nosotros nos parece una idea interesante. Lo que no advierto es que se ejerza mucha demanda sobre el INTA. Y me parece que hay mercados potenciales muy atrayentes. Lo que estoy diciendo es que no aparece la demanda. Si fuera muy manifiesta, estoy seguro de que podríamos darle una respuesta.

En caso de que ocurriera, ¿cómo debería manifestarse esa demanda?

Tengo escasamente identificada la demanda de los Gobiernos provinciales sobre la floricultura. Sí en el tema de germoplasma, por el problema de la exportación de genética autóctona.

Habría que clarificar la demanda, porque no sé si hay que invertir más en investigación o movilizar emprendimientos productivos. Hay grupos de productores que se podrían organizar, de todos modos, estimo que habría que priorizar el caso de aquellas personas que tienen el oficio de cultivar plantas y flores.

El INTA está financiando proyectos productivos…

Para emprendimientos menores, existen fondos de financiamiento. Yo diría que, en algunos casos, están faltando proyectos. Por eso te comentaba que hay que realizar un análisis previo a ese lanzamiento de proyectos.

Foto: Economía & Viveros

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