Alejandra Tuma: nominada al premio Abanderados

El reconocimiento es en mérito de la obra de su autoría Obispo Trejo Florece, realizado en Córdoba y que, además de promover la floricultura, genera fuentes laborales.

Otorgado anualmente por la Fundación Noble, Abanderados es un galardón destinado a aquellos argentinos destacados por su dedicación a los demás. Asimismo, el premio tiende a difundir la historia de vida de los laureados para que su ejemplo inspire al resto de la sociedad. El ganador obtendrá $1.000.000 en premios para continuar con su obra.

La Ing. Agr. María Alejandra Tuma (44), creadora del proyecto Obispo Trejo Florece, ha sido una de los ocho nominados para recibirlo este año. Los resultados de la votación, que cerró el 31 de octubre, se conocerán en la Gala Final (5 de noviembre), en la que se entregarán las distinciones a todos los preseleccionados.

Además, en dicho evento, la Fundación Navarro Viola elegirá a uno de los ocho candidatos para otorgarle $500.000 en premios, que deberán ser destinados a su proyecto.

Alejandra, cuéntanos sobre el proyecto Obispo Trejo Florece.

Obispo Trejo Florece surge a partir de una convocatoria del Ministerio de Educación de la Nación (2017) a las universidades nacionales, a fin de que formularan proyectos generadores de desarrollo económico y social. Y ahí, en función de mi experiencia en educación y en floricultura, decidí presentar una propuesta al respecto.

Originalmente, la idea consistió en construir, en un terreno baldío, ocho invernaderos de producción de flores de corte, en los cuales, más de cincuenta familias lograron capacitarse y, en la actualidad, continúan trabajando de forma directa unas veintidós de ellas. Y hay más beneficiados indirectos.

Ahora estamos sumando la producción de algunas plantas con el propósito de comercializarlas en contenedores y considerando la posibilidad de formar una cooperativa.

¿Cuál es tu rol en el proyecto? ¿Quiénes más participan?

Mi papel como directora comprende el diseño del proyecto y, también, se extiende a brindar capacitaciones junto a otros especialistas. Participan la Universidad Nacional de Córdoba (en la que trabajo), la Universidad Siglo 21, la Fundación Potetia, la Fundación 20 de Noviembre y la Municipalidad de Obispo Trejo.

Considero que parte del éxito de este desarrollo radica en que es interinstitucional e interdisciplinario.

¿En qué otros proyectos florícolas estás trabajando?

Permanentemente, nos hallamos en la búsqueda de nuevas ideas. El año pasado, trabajamos en el plan de Córdoba Florece, que se propuso la unión de productores de flores de corte y plantas ornamentales. Uno de sus trabajos consistió en entregar, todos los viernes de 2020, flores y plantas al personal médico y a miembros de la policía. Con la misma finalidad, llevamos a cabo Argentina Florece.

De igual modo, hemos recibido el llamado de varias municipalidades interesadas en replicar lo que hicimos en Obispo Trejo.

¿Cómo describirías la floricultura de Córdoba?

Creo que nuevamente está en crecimiento. Repasando su historia, observo que tuvo una buena época, pero luego no hubo recambio generacional (bajó la producción y el consumo). Sin embargo, desde la pandemia, se advierte  que los viveros están vendiendo mucho más. Mientras que en el sector de flor de corte, puede observarse un aumento de los emprendimientos y una mayor apuesta al valor agregado. Muchos de estos emprendedores están surgiendo a través de las redes sociales. Además, en más localidades se ha apostado a visibilizar estos productos y a volverlos más accesibles al consumidor.