Te contamos por qué es fundamental conocer la calidad del suelo. Además, cómo obtener las muestras para analizarlo y la forma de interpretar los resultados. Por Carina Álvarez y Helena Rimski-Korsakov*
El suelo es un recurso clave para la producción y el ambiente. Las principales funciones que brinda a las plantas son el suministro de agua, aire y nutrientes, y un buen anclaje para sus raíces. Además, en los últimos años, se han valorizado también sus competencias relacionadas con el ambiente, como su rol en la purificación del agua y la reducción de contaminantes (actúa como filtro), la regulación del clima y las inundaciones, y la retención de carbono.
Conocer la calidad de un suelo es fundamental a la hora de plantear una producción en él. La calidad de un suelo estará determinada por sus características químicas y físicas.
Un factor distintivo de las producciones intensivas es la utilización de riego. La cantidad y calidad del agua de riego impactan directamente sobre la calidad del suelo. Es recomendable analizar la calidad de las aguas utilizadas para el riego con la finalidad de evaluar los posibles efectos sobre el suelo. Los análisis realizados más comunes son: la conductividad eléctrica (CE), que nos indica la cantidad de sales; el pH y la relación de adsorción de sodio (RAS), que nos alerta respecto de potenciales efectos negativos sobre la calidad física del suelo.
En la siguiente figura, se presentan el valor de CE, pH y RAS de más de 300 muestras de agua de riego en distintas regiones. Las aguas que se utilizan en el norte de Buenos Aires resultan riesgosas por su valor alto de RAS. Eso implica un alto riesgo de sodificar el suelo, a consecuencia de que las aguas tienen bicarbonato de sodio, que afecta su capacidad de infiltración, entre otros efectos negativos.
Muestreo de suelos
El punto inicial y crucial para un buen diagnóstico del estado de la calidad del suelo es el muestreo. Obtener una muestra de suelo que represente el lote o invernáculo es fundamental. Para ello tenemos que generar una muestra compuesta a partir de la mezcla de varias submuestras (20 ó 30) tomadas a lo largo del lote, para una determinada profundidad.
Un ejemplo de diseño de muestreo es el tipo zigzag. Recorriendo así el lote y tomando en cada punto una submuestra, se asegura de representarlo adecuadamente. Las submuestras se mezclan, y se aparta, aproximadamente, un kilogramo, que conformará la muestra compuesta. Dicha muestra se enviará al laboratorio en una bolsa de plástico limpia, debidamente identificada.
La profundidad de muestreo recomendada son los primeros 20 cm del suelo, ya que en dicha profundidad se da el mayor crecimiento radical. Muestreos más profundos pueden ser útiles para evaluar la presencia de sodificación del suelo o para cultivos de raíces más profundas. Para tomar las muestras se puede utilizar un barreno o una pala.
Análisis de suelos
Los análisis más comunes de suelo solicitados al laboratorio son: contenido de materia orgánica, conductividad eléctrica, porcentaje de sodio intercambiable, pH y fósforo extractable (Bray). En la siguiente tabla, se presentan los valores de referencia y las problemáticas asociadas.
El diagnóstico es el punto inicial para tomar decisiones correctas de manejo o corrección de algún problema, por ejemplo, se puede plantear aumentar el agregado de enmiendas orgánicas si el nivel de materia orgánico es bajo, o corregir la sodicidad con el agregado de yeso, lavar las sales acumuladas, o bien, fertilizar.
Análisis |
Valores de referencia |
Problemática |
Materia orgánica (%) |
< 2% bajo > 3 % bien provisto |
Valores bajos. Problemas de calidad física del suelo, menor fertilidad |
pH |
< 5,5
|
Acidez. Afecta crecimiento de plantas no adaptadas por presencia de aluminio libre. |
>8,5 |
Sodicidad. Mala infiltración y movimiento de agua en el suelo. |
Conductividad eléctrica (dS/m) |
>4 |
Salinidad. Menos agua disponible para el cultivo. |
% sodio intercambiable |
> 15 |
Sodicidad. Mala infiltración y movimiento de agua en el suelo. |
Fósforo (P) extractable Bray (ppm) |
> 20 ppm |
Bien provisto para cultivos extensivos, mayor valor para intensivos. |
Bibliografía
Rimski-Korsakov H., Álvarez CR. 2016. Muestreo de suelos. En: Álvarez C.R., Rimski-Korsakov H. (Eds.) Manejo de la fertilidad del suelo en planteos orgánicos. pp.: 114-120. ISBN: 978-987-3738-08-1. 84.
Álvarez C.R., Rimski-Korsakov H., Torres Duggan M. 2016. Calidad de agua e impacto del riego complementario en la Región Pampeana. XXV Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo. Río Cuarto, Córdoba.
* Ing. Agr. Carina R. Álvarez e Ing. Agr. Helena Rimski-Korsakov, Cátedra de Fertilidad y Fertilizantes de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.