Descubre los ejemplares que habitualmente se emplean en el paisajismo y pueden servir para dar color a diferentes fibras naturales, posibilitando un negocio adicional. Te contamos cuáles son. Además: cómo extraer los tintes y cómo teñir. Por Alicia Bobone*
En los espacios verdes, suelen utilizarse las plantas por la belleza y el colorido de sus flores y follajes; asimismo, por la forma de su tronco, el color y la textura de su corteza, etc. Si bien son elementos paisajísticos de mucha importancia, actualmente existe un gran interés por otras funciones y oportunidades que la vegetación puede brindar, más allá de su estética.
Tintes
Desde la antigüedad y hasta mediados del siglo XIX, los colorantes usados en alimentos, drogas, cosméticos y textiles eran materiales fáciles de obtener de fuentes naturales (animales, vegetales y minerales). Sin embargo, con el desarrollo de las anilinas sintéticas se dejaron de producir tintes naturales a gran escala y su producción quedó limitada a pequeños productores o artesanos.
En los últimos tiempos, se han comenzado a redescubrir y revalorizar los tintes naturales debido a que muchos de los colorantes sintéticos utilizados han sido prohibidos en varios países por ser considerados tóxicos o cancerígenos.
Son muchas las especies vegetales que producen colorantes, y algunas de estas suelen encontrarse en los diferentes espacios verdes de las ciudades:
-
Se pueden obtener diferentes tonos de marrón con hojas de Populus alba (álamo plateado) o Vinca major (flor de sapo); ramas y hojas de Punica granatum (granado); flores de Eritrina crista-galli (ceibo) o Mirabilis jalapa (don Diego de noche); corteza de Schinus fasciculata (moradillo), Ruprechtia apetala (manzano del campo), Geoffroea decorticans (chañar) y Apidosperma quebracho – blanco (quebracho blanco); y lloro de Prosopis alba (algarrobo blanco).
-
Distintas tonalidades de amarillo se consiguen utilizando hojas de Schinus molle (aguaribay), Lithraea ternifolia (molle) o Hedera hélix (hiedra); tallos y hojas de Ruellia lorentziana (ruelia), Spartium junceum (retama), Tagetes minuta (suico) y Solidago chilensis (vara de oro); y frutos de Rivina humilis (sangre de toro).
-
A partir de raíces de Galium latoramosum, puede conseguirse la gama del rojo. En tanto que con hojas de Eucalyptus cinerea (eucalipto falso medicinal) y Kageneckia lanceolata (durazno del campo), ramitas de Prunus armeniaca (damasco) o flores de Cosmos sulphureus (cosmos), es posible obtener diferentes tonos de anaranjado.
-
Verdes se pueden lograr con frutos de Cinnamomun glanduliferum (falso alcanforero) o flores de Iris germánica (lirio).
-
La extracción de azul es más compleja y, para ello, se pueden emplear hojas de Isatis tinctoria (pastel) o Indigofera kurtzii (añilcillo).
El material tintóreo, dependiendo de la parte de la planta que se vaya a usar, puede ser cosechado directamente o aprovecharse los residuos generados a partir de las diferentes tareas de mantenimiento (por ejemplo, podas, raleos, desmalezados, extracción de ejemplares, recolección de hojas caídas, etc.). Esto beneficia a propietarios de jardines y profesionales relacionados con la jardinería, entre otros; ya sea a partir de un uso doméstico o en asociaciones con productores interesados en la obtención de estos tintes (por ejemplo, productores de lana).
Esta búsqueda actual de beneficios ambientales y sociales para la vegetación de espacios verdes implica el gran desafío de generar cambios en la percepción de esta al surgir nuevas posibilidades de uso. Por ello cobra gran importancia la producción de plantines de especies vegetales con capacidad tintórea y su incorporación en el diseño de los espacios verdes (inclusive, urbanos).
Tintes y tinción
Siguiendo los pasos que se detallan a continuación, es posible obtener tintes a partir de material vegetal:
• Triturar en un mortero, trozar o desmenuzar, tanto los materiales leñosos como los frescos, para así facilitar la liberación de los pigmentos.
• Colocar el material desmenuzado en un recipiente con agua (el líquido debe cubrir completamente el material) y dejar macerar entre 12 y 24 horas (el tiempo depende del tipo de material; es posible obviar este paso en caso de materiales frescos).
• Llevar a fuego y dejar hervir durante una hora o más.
• Retirar del fuego y dejar reposar durante 24 horas.
• Colar el líquido resultante, que ya está listo para ser usado, y descartar el residuo (puede compostarse).
Para teñir, el proceso general es el siguiente:
• Introducir las fibras a teñir en el líquido obtenido a partir del procedimiento realizado para la obtención de tintes. La tintura debe cubrirlas y permitir que se muevan con facilidad ya que se deben remover cada tanto.
• Llevar a fuego dejando subir la temperatura hasta unos 80 – 90º C. Mantener así durante una hora, cuidando de que no hierva y de remover ocasionalmente.
• Retirar la olla del fuego y dejar las fibras en el tinte durante 24 horas.
• Enjuagar las fibras con abundante agua fría hasta que no salga más tinte.
• Tender a la sombra y dejar secar.
* Ing. Agr. Alicia Elena Bobone
Especialista en Planeamiento Paisajista y Medioambiente.
Profesora asistente de la Cátedra de Espacios Verdes de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba.
Directora del Proyecto de Investigación Secyt – UNC: “Determinación del uso sustentable tintóreo de especies vegetales de los espacios verdes de la ciudad de Córdoba”.