Sindicato de Jardineros

El secretario general Héctor Omar Di Feo comparte información sobre su gremio. Cantidad de afiliados, actividades desarrolladas y consecuencias de la pandemia.

Nuestro sindicato agrupa a los trabajadores jardineros, parquistas, viveristas y floricultores de la República Argentina, nos detalla su secretario general Héctor Omar Di Feo. También participan de la entrevista Marcelo Roldán (secretario adjunto), Rubén Maidana (secretario gremial) y Omar Asúa (secretario de actas). Fundado en 1958, el Ministerio de Trabajo le otorgó un año después su personería gremial. Actualmente, tiene su sede central en San Isidro (Buenos Aires), destacan.

¿Cuántos trabajadores representan?

En total, representamos a 5942.

Distribuidos por categorías: operarios, 3466; medio oficiales, 611; operarios maquinistas, 351; oficiales y técnicos, 963; otras categorías, 551.

Cuentan con tres convenios colectivos de trabajo.

Así es. Uno, con la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas (CCT N° 460/06); otro, con la Sociedad Argentina de Paisajistas (CCT N° 458/06); y el tercero, con la Cámara de Empresas de Espacios Verdes de la República Argentina (CCT N° 653/12).

La diversidad de convenios se da cuando las actividades son muy diferentes entre sí o vienen de ramas distintas. En nuestro caso, se debe a la variedad de tareas de cada una de estas ocupaciones.

¿Qué ofrece el sindicato a sus afiliados?

Su objetivo principal es velar por el  cumplimiento de los derechos de los  trabajadores, asegurarles asistencia médica y social.

El primero de los puntos se canaliza a través de la Obra Social de Jardineros, Parquistas, Viveristas y Floricultores de la República Argentina. En este aspecto, somos una de las muy pocas obras sociales que no cobra coseguros, y estimamos ser la única que a los afiliados en relación de dependencia les otorga un 70 % de descuento en la compra de medicamentos.

Otro aspecto es el de la capacitación, que muchas veces son abiertas para la comunidad. Hemos dado más de 48 cursos a lo largo de los últimos años, por distintos acuerdos o convenios con el Ministerio de Trabajo de la Nación, la Universidad Nacional de Córdoba y la Sociedad Argentina de Paisajistas.

¿Cómo los afectó la pandemia?

A nuestro sindicato, como a las demás instituciones, la pandemia lo afectó impidiendo realizar muchas de sus actividades. Además, las empresas del ámbito quedaron imposibilitadas para llevar a cabo trabajos de mantenimiento de los espacios verdes, principalmente, en los barrios cerrados.

Por fortuna, luego de haber efectuado reclamos  por parte de este sindicato en conjunto con las cámaras empresariales, nuestra actividad fue declarada esencial, y, en la actualidad, estamos recuperado el nivel de actividad prepandemia.

Desde agosto han comenzado a participar de la agrupación de entidades del sector, ¿qué sensación les dejó la experiencia?

Sin dudas es importante formar parte de esta agrupación en la que está la Sociedad Argentina de Paisajista, el INTA, el Garden Club Argentino y la Asociación Argentina de Floricultores y Viveristas, entre otras. Para nuestro sindicato, es fundamental llegar a estas entidades a fin de intercambiar ideas y llevar a cabo políticas, en conjunto, en miras del desarrollo de nuestra actividad. Tengamos en cuenta que somos el sindicato que representa a los trabajadores de los espacios verdes y medio ambiente, que nuclea a los jardineros, parquistas, paisajistas, arboristas, viveristas y floricultores de la República  Argentina.

¿Qué planes tienen para el futuro?

En el corto plazo, estamos trabajando para este 21 de septiembre (Día del Trabajador Jardinero y Viverista). Programamos la entrega de un presente para el trabajador y su familia, que consiste en juegos de mesa y sorteos de bicicletas.

En el mediano plazo, contamos con la preparación de los cursos de capacitación en prácticas de viveros, construcción y mantenimiento de huertas, poda en altura, mantenimiento de espacios verdes, construcción de cubiertas verdes y jardines verticales.

Un aspecto central para los próximos años es lograr la certificación de competencias y el otorgamiento de matrículas para determinadas actividades, como por ejemplo, la poda o las fumigaciones. Entendiendo que, con esto, no solo vamos a jerarquizar la tareas de nuestros representados, sino que procuramos un objetivo mucho más ambicioso, que es cuidar el medio ambiente, ya que nuestra labor, bien realizada, contribuye a su preservación.