Cicuta: Conium maculatum

Ejemplar sumamente tóxico y fácil de hallar en nuestras cercanías. Te enseñamos cómo diferenciar la cicuta de muchas de las plantas de huerta que se le parecen. Por María del Carmen Constenla*

La cicuta es una herbácea, anual o bianual, de la familia de las Apiáceas (antes: Umbelíferas). Resulta de fundamental importancia poder reconocerla, dado que puede ser fácilmente confundida con plantas de hinojo, zanahoria, perejil o anís. Una forma rápida de distinguirla es observar el tamaño de la planta y sus características manchas rojas en el tallo, y advertir el olor que posee.

Considerada una especie invasora, es posible encontrarla en suelos mal drenados, cerca de los arroyos y las zanjas, así como también, en bordes de caminos y de campos de cultivo. Se propaga por semillas.

El nombre científico es Conium maculatum, derivado del griego koneion (cono, por la forma cónica de sus frutos) y del latín, maculatum (manchado, por las manchas oscuras en los tallos). Asimismo, se la conoce vulgarmente de distintas maneras: cicuta, perejil de las brujas, perejil de asnos.

Características

Es una planta fétida (con olor desagradable e intenso), sumamente venenosa. Puede alcanzar los 3 m de alto, con tallo hueco, acanalado, que en su parte inferior tiene manchas rojas. Es adventicia.

Las hojas son grandes, compuestas, tripinnadas, disminuyen de tamaño hacia el ápice, lo que le da una apariencia triangular, de color verde oscuro, con folíolos aovados o lanceolados.

Sus flores son pequeñas, blancas, de cinco pétalos curvados hacia el centro, y forman, en primavera-verano, umbelas de 10-15 cm de diámetro. Mientras que los frutos son  aquenios chiquitos de, aproximadamente, 5 mm, oval-globosos, color verde oscuro, que al madurar se dividen en dos partes, con semillas negruzcas muy pequeñas. Estos contienen la mayor concentración de veneno de toda la planta.

• Toxicidad

Contiene alcaloides. Solo un gramo condena a una persona a una muerte violenta. Si se utilizan las hojas, se necesitan alrededor de 10 g.

Aplicada como ungüento, provoca alucinaciones y distorsión de la realidad.

Los animales de campo también pueden intoxicarse al alimentarse de esas plantas. Incluso, se conocen casos de personas que fallecieron por haber comido aves que habían consumido brotes jóvenes de cicuta.

Historia

Diferentes crónicas y leyendas dan cuenta de varios sucesos en torno a esta planta y su empleo como veneno. Según los más difundidos de la historia,  la cicuta producía “una muerte digna”.  Más allá de los juicios emitidos en torno a ese concepto, lo cierto es que en principio produce parálisis en las extremidades inferiores y luego se deterioran los pulmones hasta producir el deceso de la persona.

También se sabe que era utilizada mezclada con vino, en cantidades mínimas y diluida, si lo que se pretendía era provocar excitación; o cantidades letales, si la intención era matar a alguien.

Quizá el caso más citado, relacionado con la ingesta de este veneno, es el del filósofo griego Sócrates (470 A.C - 399 A.C.), quien, acusado de desobedecer a los dioses y corromper con sus ideas a la juventud, fue condenado a muerte por un tribunal.

 

* Téc. María del Carmen Constenla. Docente de la Cátedra de Jardinería. Tecnicatura en Jardinería, Subsede Devoto y Delegación Escobar. FAUBA.