Características que estos deben tener, y la exitosa experiencia de la Universidad Nacional del Comahue en la formulación de compost a partir de biosólidos provenientes de la planta de tratamiento de líquidos cloacales de la ciudad. Por Martha Riat*
La formulación de sustratos es un punto crítico en la producción de plantas en contenedor. Entre los factores más importantes de tener en cuenta para tomar una decisión respecto a qué materiales usar como componentes de un sustrato, es posible mencionar: las características físico-químicas del material, la disponibilidad de materiales cercanos al lugar de producción y la continuidad en la calidad y el abastecimiento.
Para que un sustrato sea considerado de calidad, debe aproximarse lo más posible a contar con ciertas características físico-químicas, que son las que definen a un sustrato ideal. Entre las más relevantes, es factible citar: una elevada porosidad (idealmente 90 %), una adecuada retención de agua (aprox. un 40 % de su volumen poroso), drenaje y aireación. Entre los materiales fundamentales para la correcta formulación de un sustrato, debemos tener en cuenta aquellos que aportan a lograr una adecuada retención de agua, los que mejoran la porosidad, el drenaje y la correcta aireación.
El aporte de nutrientes de los sustratos es un aspecto que se ha puesto en discusión dentro de los grupos de investigación en esta área del conocimiento. Es sabido que, en sistemas de producción con alto nivel de control nutricional, la presencia de nutrientes en el sustrato hace muy difícil la estimación de la real disponibilidad de los mismos para el cultivo. Sin embargo, en los sistemas de producción de plantas ornamentales, el abastecimiento de nutrientes desde el sustrato puede representar un complemento a los sistemas de fertilización implementados por los productores.
En la región andino patagónica, como en muchas otras del país, la mayoría de los productores han utilizado suelo como insumo para la formulación de sustratos. Si bien esto no es recomendado, ni desde el punto de vista técnico ni desde el ambiental, hay que considerar que los suelos de esta región (orden Andisoles) presentan altos contenidos de materia orgánica y densidades aparentes muy bajas en relación con los suelos del resto del país, con valores de 0.8 ton/m3 o menores, mientras que un suelo de la región pampeana puede presentar valores de densidad aparente por encima de 1.1 ton/m3.
Esta característica permite un uso restringido de suelo en la formulación de sustratos, porque a densidad aparentemente más baja, es mayor el espacio poroso total del sustrato. También hay que considerar que la alta capacidad de retener agua en poros muy pequeños dificulta la absorción y reduce la aireación de los sustratos. Por lo tanto se recomienda, en lo posible, reducir el uso de suelo como insumo.
El uso de compost para la formulación de sustratos es una modalidad que se está extendiendo en la actividad viverista: esto exige un riguroso monitoreo de las propiedades del mismo, dado que son materiales de mucha variabilidad, dependiendo de su origen y del proceso de producción.
En la ciudad de San Carlos de Bariloche, se produce, desde 1997, compost a partir de biosólidos provenientes de la planta de tratamiento de líquidos cloacales de la ciudad. El control del proceso y el monitoreo de la calidad del producto están a cargo del Grupo de Suelos de la Universidad Nacional del Comahue. Este material presenta características muy adecuadas para su uso como insumo para la formulación de sustratos. Los desarrolladores lo han probado en diferentes tipos de ensayos, a fin de poder certificar su inocuidad y calidad para ser usado en plantas ornamentales y forestales.
Este compost de biosólidos es utilizado en el vivero de la Universidad Nacional de Río Negro desde 2011, como el insumo proporcionalmente más importante en la formulación de sustratos de producción de plantas ornamentales. Aporta calidad física y nutricional a los sustratos de uso corriente para plantas en etapa de crecimiento. En la cátedra de Sustratos de la Tecnicatura en Viveros de la UNRN, se han realizado análisis de las principales características físicas y físico-químicas del compost y de las mezclas utilizadas.
Dichos datos, sumados a la constancia de estas características, resultan alentadores para la promoción de su uso para el cultivo de plantas en contenedor en reemplazo de insumos tradicionales como el suelo. En la siguiente tabla, se muestran algunas variables físico-químicas de una mezcla empleada como sustrato y del compost de biosólido, medidas durante los trabajos prácticos de la asignatura Suelos y Sustratos de la Tecnicatura en Viveros.
Valores de densidad aparente (DAP), humedad volumétrica a capacidad de contenedor (HV a CC), pH y conductividad eléctrica (CE) de la mezcla y del compost de biosólido puro (n=3)
|
DAP (Ton/m3) |
HV% a CC |
pH |
CE (mS/cm) |
Mezcla (*) |
0,18 |
43 |
6,4 |
680 |
Compost de biosólido puro |
0,41 |
41 |
5,2 |
1550 |
(*) 50 % de turba neutralizada con Ca(OH)2; 20%Perlita, 30%Compost
Respecto a los materiales que aporten drenaje y aireación a los sustratos, se han realizado varios trabajos en la UNRN y en el Inta, en los que se evalúan las propiedades de los materiales volcánicos de diferentes orígenes y en distintas mezclas; se ha concluido en que representan materiales muy interesantes para su uso en sustratos pero deben ser evaluados según su origen y tratamiento posterior, dado que las características físicas que presentan son muy variables según la granulometría, los minerales de origen y las transformaciones sufridas durante su proyección y depósito.
Es un desafío permanente, para el viverista, lograr una combinación de materiales de costo accesible y de calidad razonable con el propósito de que, utilizados en mezclas, cumplan con los parámetros físicos y físico-químicos para su adecuado uso en contenedores.
* Universidad Nacional de Río Negro