ECONOMÍA & VIVEROS | Auspicio de la Tecnicatura Universitaria en Jardinería - UBA
Por qué elegir esta técnica de propagación de plantas leñosas. Cómo y cuándo hacerla. Hormonas recomendables y cuáles evitar. Por Aurora Leslie*
El acodo es una técnica de propagación asexual artificial (muy antigua) de especies leñosas, que hoy en día se está reemplazando, a medida que se van mejorando los métodos de enraizamiento.
Hay muchos tipos de acodos, pero se describirá el más utilizado, que es el aéreo.
Acodo aéreo
Con esta técnica, se puede obtener un número considerable de clones sin necesidad de ninguna instalación, porque la planta madre seguirá aportando los fotoasimilados necesarios. Se logran plantas con un porte mayor en menor tiempo y con un sistema radicular más desarrollado.
Se debe elegir una rama que semeje una planta con su copa ya formada, que no debería estar expuesta a la radiación solar directa todo el día, porque causaría un envejecimiento de los tejidos. Se utiliza madera de no más de dos años.
En la rama, se practica un anillado; es decir, un corte alrededor de ella, con una navaja afilada y desinfectada, retirando el súber, el felógeno y la felodermis (estos tejidos conforman la peridermis o corteza), hasta llegar al floema. El ancho del anillado depende del largo de los entrenudos, tendría que ser de 2 a 4 cm, aproximadamente.
La época adecuada para realizar esta práctica es a principios de primavera, debido a que el tejido se desprende fácilmente, y puede visualizarse uno más claro, que es el xilema. Si el anillado se realiza en una época más avanzada (a mediados del verano), el retiro del tejido xilemático resultará más difícil de desprender.
Sobre el sector de corte, se aplica con un pincel ácido indolbutírico (IBA). Esta hormona es la más recomendada debido a que el ácido naftalenacético (ANA) puede producir fitotoxicidad, sobre todo en aquellos acodos que deben permanecer un año; y el ácido indolacético (AIA) es un producto fototermo lábil, que dificulta su manipulación.
Una vez realizado el anillado, se ata firmemente un plástico transparente por debajo del mismo, formando un cono. Se rellena con un sustrato (turba humedecida), de forma bien compacta, que debe quedar en contacto con el anillado. Posteriormente, se cierra la parte superior del cono para que la turba no pierda humedad; y debe permanecer totalmente envuelta. También se pueden realizar ataduras a lo largo del envoltorio. Por encima de este, se coloca un polietileno negro, que debe cubrir la totalidad del plástico transparente.
La realización de los pasos mencionados permite:
- Con el corte, se interrumpe el flujo de la hormona vegetal que es basípeta, y se acumula en el mismo.
- El agregado de IBA, en el corte superior, induce a formar raíces. El sustrato le otorga la humedad necesaria.
- El polietileno transparente mantiene la humedad.
- El polietileno negro otorga oscuridad y aumento de temperatura.
Retirando el polietileno negro, se puede observar si se produjeron raíces, y también, se puede ver si el sustrato se deshidrató. Si esto ocurriera, se solucionaría inyectando agua con una jeringa hasta que se rehidrate.
Una vez que se visualice la formación de raíces primarias y secundarias, se puede cortar el acodo por debajo del pan de sustrato.
Separado de la planta madre, se trasplanta a un contenedor por el término de dos o más semanas, con sustrato suelto para que las raíces crezcan sin impedimento, hasta que comiencen a ser funcionales. El contenedor se debe ubicar a la sombra, para evitar un proceso de excesiva evapotranspiración, lo que puede provocar la deshidratación de la planta. De esta forma se mantiene a una temperatura inferior a la existente y la planta se irá rustificando. Posteriormente, se podrá ubicar en su lugar definitivo.
* Téc. Aurora Leslie. Docente de la Cátedra de Jardinería. Tecnicatura en Jardinería FAUBA. Subsede Devoto y Delegación Escobar.