Mariposas en el jardín

Crear un jardín sobrevolado por mariposas es bastante simple de lograr si se atienden las necesidades alimenticias tanto de las larvas como de los adultos. Te contamos de qué manera lograrlo. Por Florencia Cesio

Como muchos insectos, las mariposas tienen una metamorfosis completa; es un sofisticado proceso en el cual las larvas o ninfas, que tienen un fuerte aparato masticador para ingerir hojas  y son caminadoras, pasan a ser adultos con alas que sobrevuelan las flores para alimentarse de néctar con una larga espiritrompa. Cambia la anatomía y cambia la fisiología de un mismo individuo como por un pase mágico. Ese pase se concreta en el proceso de empupado. Las larvas dejan de alimentarse y se recluyen en una especie de estuche que a veces puede ser lujoso (verde con manchas doradas en el caso de la monarca) o construido usando hojas. Así se protegen y pasan inadvertidas  en su  etapa  de mayor indefensión.

En ese momento, en la fase de crisálida, ocurre la destrucción de la mayor  parte de las células de la oruga, preservándose las del sistema nervioso y algunas otras que se encargarán de originar el cuerpo de la mariposa adulta, reciclando en el proceso  los nutrientes de aquellas células que fueron desorganizadas. El cuerpo de las mariposas adultas, que nada tienen que ver a simple vista con el organismo que les dio origen, también cambia su fisiología. Aladas, muchas veces muy coloridas, ahora vuelan y se alimentan de néctar en vez de devorar hojas.

• Plantas  hospederas

Las mariposas adultas suelen desovar en plantas muy específicas que aseguran el alimento indicado para su progenie, con las que han establecido una fuerte coevolución. Las plantas que hospedan a las mariposas en los primeros estadios, si se tiene éxito, serán severamente desfoliadas por las orugas, por lo que conviene ubicarlas en un lugar poco visible del jardín.

Así, entre las más comunes,  la mariposa espejitos busca a las pasionarias (Passiflora spp.) para depositar sus huevos; la monarca, a plantas del  género Asclepias, de las que hay especies nativas y otras exóticas como la bandera española (Asclepias curassavica), son las llamadas plantas hospederas u hospedantes. En esta  fase se convierten en temibles devoradoras de plantas, pero para tener un jardín de mariposas es importante incluirlas ya que  estos insectos suelen quedarse cerca del lugar en que nacen si luego también encuentran plantas que les provean de néctar.

• Plantas que atraen mariposas por su néctar

Si la alimentación de las larvas suele ser bien específica, de las mariposas adultas no hace demasiadas distinciones. Hay plantas que, en forma general, atraen múltiples mariposas por su néctar, y son las que no debieran faltar en un jardín que busque retenerlas.

Las budlejas (Budleja davidii),  conocidas como árbol de las mariposas, son arbustos caducifolios que, desde fines de primavera y durante todo el verano, florecen profusamente y atraen, como su nombre lo indica, de manera irresistible, a las mariposas. Las nativas lantanas (como la Lantana cámara) que florecen casi todo el año, según las zonas, también les ofrecen un irrenunciable banquete. Las pentas (Pentas lanceolata) son arbustos pequeños que no llegan a alcanzar el metro de altura, también de larga floración. Las lavandas (Lavandula spp.),  a su vez, son atractivas, como  los farolitos (Abutilon spp.) y los heliotropos.

Entre las herbáceas, se destacan por atraer mariposas  las zinnias o flores de papel (Zinnia elegans); son también grandes centros de atracción los tagetes o copetes (Tagetes patula, Tagetes erecta); los cosmos (Cosmos bipinnatus), que son altas, anuales y fáciles de propagar por siembra; las verbenas (Glandularias spp. e híbridos).

Hay muchas plantas silvestres de la familia de las Asteráceas o Compuestas, como la chilca (Eupatorium spp.), que hacia fin de verano y otoño  se cubre de mariposas sedientas de néctar,  o la Verbena bonariensis y,  las carquejas (Baccharis spp.). Por eso, la cercanía de zonas con flora silvestre siempre propicia la presencia de mariposas que allí encuentran tanto a sus específicas plantas hospedantes como a las proveedoras de néctar.