Arbolado urbano

Conoce los aspectos a tener en cuenta al momento de sugerir qué árbol plantar. Además: por qué es importante hablar de arboricultura urbana, y una lista con opciones de árboles.

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La calidad de vida del habitante de la ciudad está estrechamente relacionada con la existencia de las áreas verdes, y el árbol debe ser considerado un integrante más en la planificación urbana.

En la ciudad, la plantación de árboles responde a muchas finalidades: demarcar límites y zonas, proporcionar aislamiento o crear barreras visuales, proteger del viento, del sol o del ruido, embellecer o dar sombra en espacios de recreo o esparcimiento, como parques y plazas, etc.

Para todas estas finalidades pueden ser utilizados de manera aislada, formando pequeños grupos, grandes masas o formando alineaciones en las calles. En cualquiera de los casos, será imprescindible el perfecto conocimiento del carácter y de las limitaciones de las numerosas especies que pueden ser utilizadas, así como el entorno donde se ubicarán (suelo, clima, polución, etc.), pues de esta manera tendremos una mayor garantía para lograr los fines deseados.

Hay que tener en cuenta que el árbol en la ciudad, normalmente, está sometido a situaciones de estrés y a condiciones medioambientales tan variadas y diferentes a las que tendría en su medio natural, que se debe hablar de arboricultura urbana como una especialización en esta materia.

La plantación de especies, sin una debida planificación, sin una correcta preparación del suelo, sin una adecuada selección de especies, etc., trae consigo, posteriormente, árboles débiles y/o enfermos, árboles mal anclados al terreno, que caen en cuanto se producen vientos fuertes; árboles podados drásticamente, porque sus ramas estorban a los edificios y viviendas colindantes; raíces que invaden conducciones de agua, levantan pavimentos o agrietan muros, etc.; problemas estos que podrían ser en su mayor parte perfectamente previstos y subsanados con una adecuada planificación.

No cualquier ejemplar sirve para formar parte del paisaje urbano. No es fácil ser “árbol de ciudad”. Cuando la especie plantada no es la adecuada, el árbol se transforma en un “enemigo” para el vecino. Esto genera podas clandestinas inadecuadas, daños intencionales, solicitudes de poda o corte de raíces o de extracción, que se traducen en costos económicos que podrían haberse evitado.  Por otra parte, un árbol mal plantado requiere mucho más mantenimiento que otro bien instalado, originándose así inconvenientes innecesarios.

Para tratar de minimizar estos efectos negativos sobre el árbol, hay que reconsiderar  las condiciones en las que deben ser instalados. Asimismo debe tenerse en cuenta, especialmente, la colaboración de quien provea la especie, viveros públicos y privados, que además de garantizar la buena sanidad y el estado vegetativo óptimo, brinden un seguimiento en las primeras etapas de la plantación, a fin de lograr una buena adaptación, garantía del desarrollo futuro del árbol.

La selección del árbol para una acera, que se desarrollará en una posición con condiciones determinadas, es la clave para su supervivencia a largo plazo. El árbol de alineación crece condicionado por el entorno. Considerando una misma especie, su desarrollo será diferente si se ubica en un parque, una acera mediana o en un bulevar. La siguiente es una lista de las condiciones importantes del sitio que deben ser observadas antes de seleccionar un árbol:

• Ancho de vereda   

• Ancho de calzada   

• Altura de la edificación del sitio

• Actividad humana

• Especie predominante en la cuadra

• Condiciones ambientales

• Condiciones del suelo

• Exposición (sol y viento)

• Drenaje

• Rusticidad (zona climática)

El árbol de la acera deberá ser capaz de tener un crecimiento inicial rápido y una excelente sanidad. Al elegir la especie deberán considerarse tres aspectos fundamentales: la seguridad, la funcionalidad y la estética. Un árbol urbano debe ser seguro y no generar daño a las personas y a sus bienes. Debe ser vital, no solo por su estado sanitario, sino por tener que resistir las agresiones que el medio le infligirá.

Con respecto a si los árboles nativos son indicados para las ciudades de origen, hay que remarcar que las ciudades, en general, son ambientes lo suficientemente disturbados como para creer que todas esas especies se adecuan a las condiciones urbanas. Más allá de si los ejemplares a usarse sean nativos o introducidos, lo importante es que respondan a las condiciones climáticas de la ciudad, a la calidad del suelo, a la tipología vial -pasajes, calles y avenidas- y al ancho de las veredas.

Por todo ello, es importante conocer  sus características adultas, tamaño sobre todo, ya que no todos los espacios son aptos para cualquier especie. Al definir el tipo de árbol que se incorpore en una acera  se debe estimar tanto la armonía paisajística como la "personalidad" del barrio, que en gran parte está definida por sus especies arbóreas.

Como regla general, debería respetarse la especie predominante en alineaciones originales adecuadas. Ello permite la planificación de tareas sobre el arbolado, dado que los ciclos biológicos de caducidad y brotación son similares.

Entre las opciones que ofrecen hoy los viveros productores, pueden mencionarse para aceras angostas (aquellas menores de 3,20 m aproximadamente):

• Ciruelo de jardín o Prunus pissardi (Prunus cerasifera vr. atropurpurea)

• Rus (Rhus typhina)

• Fotinia (Photinia fraseri)

• Pezuña de vaca (Bauhinia forficata sp pruinosa)

• Árbol de Judea (Cercis siliquastrum)

• Crespón (Lagerstroemia indica)

• Fumo bravo (Solanum verbascifolium)

Para aceras medianas (entre 3,20 y 4 m):

• Arce tridentado (Acer buergerianum)

• Acer (Acer saccharinum)

• Acacia de Constantinopla (Albizia julibrissin)

• Jacarandá (Jacaranda mimosifolia)

• Fresno rojo (Fraxinus angustifolia ´Raywood´)

• Palito dulce (Hovenia dulcis)

Y para aceras mayores a 4 m:

• Tilo (Tilia x moltkei)

• Jacarandá (Jacaranda mimosifolia)

• Tipa blanca (Tipuana tipu)

• Liquidámbar columnar (Liquidambar formosana)

• Liquidámbar (Liquidambar styraciflua)

• Plátano (Platanus x acerifolia)

• Lapacho rosado (Handroanthus impetiginosus)

• Tulipanero (Liriodendron tulipifera)

• Ibirá pita (Peltophorum dubium)

Aceras menores a 1,80 m no deberán incluir plantación de arbolado, ya que se verán afectados los espacios para el tránsito de las personas. Por otra parte, no debe incluirse entre las especies para el arbolado viario aquellas que producen frutos peligrosos (palta, mora); las especies de la familia de los Ficus, por la agresividad de sus raíces; sauces o álamos; especies con espinas, etc. De todas formas, la selección regional del arbolado estará relacionada con las experiencias propias de cada ciudad, así como también con el abastecimiento de los ejemplares y su gestión.

Una vez seleccionada la especie, de acuerdo con los presupuestos y la época de plantación, se podrán utilizar ejemplares a raíz desnuda, cepellón, envase. Para cada una de ellas, hay normas de calidad que no deben soslayarse, como estado de raíces, altura y diámetro de tronco, ramas primarias, estado sanitario, etc.

No hay una receta establecida sobre el mejor ejemplar para cada situación, sí la consideración de todos los factores anteriores y la garantía de mantenimiento posterior.

Texto: Ing. Agr. Gabriela Benito (Facultad de Agronomía, UBA)
Foto: Florencia Cesio

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