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Controladores de fertirrigación

Por Conrado Pakoca*

Las operaciones de fertilización y  riego de un cultivo de flores, que se desarrolla en cualquier medio, entendiendo por éste, ya sea el suelo o  la mezcla de componentes que constituyen el sustrato de cultivo dentro de un contenedor, pueden efectuarse con diferentes grados de precisión y ajuste a los requerimientos del sistema integrado por el cultivo-medio-invernadero-clima. Es evidente que, cuando ello se haga más próximo a lo requerido por el sistema para una productividad óptima, más eficiente será el proceso y mejores, los resultados.

Ahora bien, la precisión con que se dosifican los nutrientes, el volumen de agua que se aplica, y la oportunidad de la ejecución de estas prácticas, suelen estar condicionados a la disponibilidad de mano de obra y a su calificación. Situación que se complica aún más cuando se están produciendo varios cultivos, que a su vez se encuentran en diversos estados fenológicos,  requiriendo diferentes regímenes de riego y fertilización.

La realidad es que se riega cuando no se cosecha y empaqueta, y se fertiliza, en el mejor de los casos, sino con fertilizantes simples, con mezclas genéricas. Ambas condiciones producirán, en mayor o menor grado y  lapso de tiempo,  desbalance de nutrientes y  estrés hídrico, por exceso o defecto, situaciones que tienen un  costo manifiesto en el desperdicio de fertilizantes, y la pérdida de calidad y productividad. Nuestro sistema, así, se aleja de su punto de funcionamiento óptimo.

¿Qué hace un controlador de fertirrigación? Una vez cargado con los programas especialmente diseñados para nuestro sistema productivo, ejecuta el proceso de  fertirrigar en forma automática y produce alarmas cuando algún parámetro medido no se sitúa donde fue previsto.

Permite crear programas de riego, en virtud de los cuales, cada sector puede ser regado en forma independiente, en lo que se refiere a horario, duración, o volumen. Esto puede controlarse  por la radiación acumulada en el invernadero,  por los datos de evapotranspiración tomados en el mismo, por tensiómetros que miden el agua disponible en el medio o, simplemente, por tiempo.

Por otra parte, permite crear distintos programas de fertilización, y asociarlos a los programas de riego. Cada programa de fertilización posibilita crear una solución final para regar, con determinada concentración y proporción de nutrientes, EC, y pH, partiendo de la combinación de un ácido y tres o más soluciones madre, constituidas por fertilizantes simples, y siempre preparadas de la misma forma.

Cuando el controlador ejecuta los programas, registra todos los eventos, a efectos de que éstos puedan ser consultados al supervisar la operación. De esta forma, mantener nuestro sistema en el  punto óptimo, en lo que se refiere a la humedad en el suelo y a la nutrición, se hace posible para cada uno de los cultivos, y en cada uno de sus estados fenológicos.

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