ECONOMÍA & VIVEROS | Auspicio de la Tecnicatura Universitaria en Jardinería - UBA
Cortezas fracturadas, escamosas y lisas, dan pistas para identificar estas plantas en los meses más fríos del año. Cómo colaboran las yemas en esta labor. Por Marta Kaplanski*
Dada la dificultad para identificar los árboles caducos en la época invernal como consecuencia de la ausencia del follaje, se pondrán a consideración algunas características de las cortezas y de las yemas a fin de realizar su reconocimiento.
Cortezas
La corteza es la capa exterior de los tallos, que brinda protección a través de sus diversos tejidos. Se forma a partir del felógeno (tejido meristemático secundario) que produce la peridermis hacia el interior y el ritidoma o corteza externa hacia el exterior, formado por células muertas. Este ritidoma, que en griego significa arruga, es el responsable del aspecto externo de los troncos, que permite la identificación de las especies y es el que ha merecido la atención para su estudio.
Como los tejidos del ritidoma no pueden acompañar el aumento en grosor del tronco, con el tiempo se agrietan, se rompen o se separan; y se forman, en algunas especies, camellones y hendiduras; en otras, las partes exteriores se desprenden; y en un pequeño número, permanece intacto.
De este modo, se han determinado tres modelos de cortezas que son: las fracturadas, las escamosas y las lisas. Dichos modelos están planteados con un criterio orientativo y amplio, a fin de reconocer los rasgos más salientes considerados en el estado adulto de los árboles, ya que, en la juventud y en la madurez final, se pueden producir variaciones en la fisonomía externa.
Constituyen la clasificación más importante en cantidad de especies y variedad de características morfológicas. Son también llamadas arrugadas, agrietadas, rugosas o resquebrajadas. Están formadas por camellones (emergencias) y hendiduras (depresiones).
Los camellones son partes emergentes del ritidoma, medianamente continuos y rodeados por hendiduras. Este aspecto sobresaliente de las cortezas ha sido denominado también como costilla, lomo o arruga. Su consistencia puede ser corchosa, si es atravesada fácilmente, o leñosa cuando posee mayor dureza.
Las características que se toman en cuenta para su identificación son: consistencia, color, extensión, grosor, límite, perfil, disposición y distribución.
Las hendiduras son depresiones preferentemente longitudinales y se podrían usar como sinónimos los términos fisura, surco o grieta.
Las características observadas son: extensión, abertura, profundidad y disposición.
Como ejemplos de árboles que poseen dicho tipo de corteza se pueden mencionar: Fraxinus pennsylvanica (fresno americano), Fraxinus excelsior (fresno europeo), Melia azedarach (paraíso), Erythrina crista-galli (ceibo), Populus alba (álamo plateado), Robinia pseudoacacia (acacia blanca), Liquidambar styraciflua (liquidámbar), Acer negundo (arce), Tecoma stans (lapachillo), entre otros.
Están constituidas por una variable cantidad de piezas denominadas escamas, que llegan a exfoliarse o desprenderse, desvinculándose o no de la corteza interna.
Estas piezas han sido también señaladas como placas, láminas o parches, que pueden llegar a dividirse o separarse en capas de formas variables.
Se toma en cuenta la consistencia, el color, la forma, la distribución, el espesor, la cantidad, el tipo de exfoliación y la persistencia de las escamas.
Como ejemplos se encuentran: Platanus x acerifolia (plátano), Betula alba (abedul), Betula papyrifera (abedul de papel), Acer buergerianum (arce pata de pato), Geoffrea decorticans (chañar), entre otros.
La corteza es delgada, entera, intacta, sin elementos sobresalientes, ya que no posee ritidoma. Se las distingue por las sensaciones de carácter táctil o visual que ofrecen los componentes morfológicos que la acompañan. Se determina su consistencia, color, tipo, elementos como manchas, líneas, lenticelas, su cantidad y distribución.
Se pueden citar como ejemplos: Ceiba speciosa (palo borracho rosado), Ceiba chodatii (palo borracho amarillo), Fagus sylvatica (haya), Delonix regia (chivato), Sorbus aria (serbal blanco), entre otros.
Yemas
El estudio de las yemas acompaña la identificación de los árboles caducos, debido a que, en muchos casos, son notorias sus características.
Son rudimentos del vástago, que permiten que el tallo crezca, en sentido longitudinal, por su parte apical, y lateral, por su parte axilar. De acuerdo con su función, pueden ser vegetativas o de madera, floríferas o mixtas (de flor y madera).
Se considera para la identificación: su distribución, cantidad, color, férulas de protección, forma externa e inserción.
La observación de las cortezas y las yemas es muy importante para la determinación de las especies arbóreas caducas en invierno, y, con esta breve caracterización, se pretende iniciar la curiosidad para su reconocimiento.
* Ing. Agr. Marta Kaplanski, docente de la Tecnicatura en Jardinería de la Facultad de Agronomía de la UBA.